miércoles, 15 de abril de 2015
Práctica 9; Microrrelato
Práctica 9; Microrrelato
Ahí estaban, sus figuras se contorsionaban de maneras imposibles,
se combaban, se expandían… era el espectáculo más grande que había visto: uno
era el agresivo discípulo, belicosamente joven, el otro era el sabio maestro,
pacientemente preciso. Estaba seguro que si apartaba la mirada, sus golpes se
me escaparían: una envenenada patada rozando al maestro, que gracias a su
experiencia anticipa el golpe y lo elude milagrosamente. Yo los veía
obnubilado, escuchando los sonidos de mis propias cadenas al romperse, me
liberé de mis limitaciones y me dije: Yo quiero hacer lo mismo que hacen ellos.
Así empecé este largo camino,
admirando la estatua de aquellos dos guerreros, me queda tanto por aprender…
Cuesta
mirar el espejo que refleja el lado que nunca queremos ver de nosotros mismos,
pero Mi Amigo, me habló, con un abrazo y una gran sonrisa me animó a superar
mis defectos y empezar este viaje, me dio fuerza… pero el viaje apenas ha
comenzado, lo duro comienza ahora.
Se
movía de forma hipnótica, yo me enamoré de sus vaivenes, de sus gestos, de su
figura, y va y me dice “sígueme”, colocó mis manos en su cadera y no puede
evitarlo, me pregunté ¿Cómo un tío es capaz de mover las caderas mejor que yo?
Vikky Corffer
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