sábado, 13 de diciembre de 2014
Guardiana
Práctica 4; Describe un objeto cotidiano.
Guardiana.
El ojo que todo lo ve y
que juzga si eres digno o no de que franquee el paso, hosco y voraz del único
plato que quiere digerir.
Su color era dorado, de
eso no había duda, aunque luciese infinidad de rallazos y muescas fruto de
noches etílicas y visitas poco cuidadosas. Pero si su exterior era de oro, su
interior era negro y oscuro, un mecanismo incognoscible que juzgaba la valía de
quien estaba ante ella. Digno, no digno, así de sencillos éramos todos a su
ojo. No le importaban las razones, no le importaba lo que cargáramos en
nuestras almas y nuestras mentes, sólo éramos dignos o indignos. Un mundo de
blancos y negros de una claridad meridiana, envidiable para aquellos que
tenemos que lidiar con los grises de la vida cotidiana. Y yo, oscuro y desdichado,
no era suficiente para que me cediese el paso a los anhelados bienes que
guardaba.
Objeto: una cerradura.
Costán Sequeiros Bruna
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Estaba a punto de apostar por una mirilla... me alegra haberme equivocado.
ResponderEliminarUna muy buena descripción de una cerradura. Al principio yo también pensaba que se trataba de una mirilla, pero el tema de la digestión del plato no me terminaba de encajar. Me encanta la descripción de los rallazos y las muescas, dan un carácter especial y la dotan de una historia propia.
ResponderEliminarComo sugerencia, quizás hubiera hecho alguna mención más a la llave (el tema de la dignidad o indignidad para pasar me desorientó un poquito, aunque cuando ves luego que es una cerradura recupera todo el
sentido).
He de reconocer que ni se me había ocurrido que pudiese ser una mirilla, como nunca las uso me olvido de que existen. Claramente tendría que haber hecho más juego con la llave para que se viese mejor, si. :)
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