domingo, 14 de diciembre de 2014
Prisión
Práctica 4: Describe un objeto cotidiano.
Plasmación.
Engranaje de danzas sonoras que encierran el
alma de la música bajo la cadencia de delicadas manchas de tinta.
Engañaría si dijera que se trata de un simple
papel. Allí residen los sueños y las frustraciones, intentos de cautiverio de
la estética y horas de inspiración tras una botella de alcohol barato. Su
lenguaje es mecánico y complejo, pero plástico y de pureza austera. Allí se
impronta el alma y los deseos, se erizan las venas y palpitan las vísceras, se
cincela lo abstracto y se ritualiza el milenario
cautiverio al sonido. Rememora las épocas, los desenfrenos, la locura y hasta
lo intangible. Allí se traza el tímpano de la historia y se cobija a los genios
que otrora fueron dementes o inadaptados. Cada pincelada encadena una armoniosa
sucesión de ritmos frenéticos donde se articula la ejecución sincrónica de los
intérpretes. Si la música es el motor de la vida, el pentagrama es la prisión
de su trascendente inmortalidad.
Héctor Puente Bienvenido
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Me ha gustado mucho, esta la pillé rápido pero en gran parte debido a lo excelentemente que están escogidas las palabras. El pentagrama como prisión, en concreto, me parece especialmente acertado, con esas lineas que bien pudieran ser barrotes. Sin embargo, creo que le falta algo de descripción física del objeto, hay demasiada descripción de la parte subjetiva/emocional.
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