martes, 2 de diciembre de 2014

El bisturí

1 comentario :

Práctica 3; La importancia de los personajes y sus puntos de vista

Lo extraño es que sé cuánto tiempo queda. No puedo dejar de analizar aunque supongo que debería ser lo normal. Después de todas las operaciones que he llevado a cabo soy perfectamente consciente de cuán fino debe ser un corte, cuantos los grados de inclinación del bisturí y cuál es el tempo que exige cada tipo de tejido. Todas las personas somos diferentes y eso se plasma perfectamente cuando las operas. No todos los músculos se dejan cercenar igual y no todas las grasas, tendones, mucosas poseen en todas las personas la misma consistencia.

Mis músculos, por ejemplo, son bastante más débiles de lo que pensaba. A pesar de ir a correr todos los días, a pesar de tratar de mantenerme en forma y a pesar de cuidar mi dieta, cando ligeramente noto el bisturí sobre mi cuádriceps no tengo sensación de resistencia alguna. Que desilusión.

En la facultad de medicina siempre nos dijeron que era fundamental estar en forma para que el cuerpo respondiese a tus deseos. También nos explicaron cuantos mililitros de morfina debes darle a un hombre para que no sienta nada y, sinceramente, el hombre que a duras penas veo, con un bisturí en su mano y la cara protegida tal y como mandan los cánones, no me inspira mucha confianza.

Supongo que da un poco igual, en mis circunstancias casi lo mejor que puede pasar es que se le vaya la mano, seccione alguna vena o arteria y terminemos pronto. Imagino que debe estar muy nervioso y tratar de hacer un trabajo como el suyo es difícil.

En algunos momentos el dolor se intensifica, noto como ligeras descargas me recorren el cuerpo y siento el frio del instrumento dentro de los músculos. Creo que no ha puesto suficientes analgésicos... Se me va la cabeza por la caída de la tensión. ¡Maldita sea este tipo no tiene idea de lo que hace!

Es imposible que sobreviva, los músculos están ya agarrotados por el frio. Mi corazón se parará pronto y eso desencadenará en el fallo de todos los órganos. No hay nada que pueda hacer, dios...

Ahora me doy cuenta... A duras penas consigo abrir los ojos y mirarle directamente... Tiene las pupilas dilatadas y parece que suda... La luz es claramente insuficiente, no lo ha preparado todo bien.

No es tan profesional como yo pensaba. ¿Qué dirán de mí en la universidad? ¿En el hospital? ¿Mi mujer?... Quiero volver a ver a Clara... Justo cuando ya teníamos el piso apalabrado... Justo... Quiero volver a verla, quiero abrazarla y oler su pelo otra vez... Quiero abrazarla por las mañanas... No quiero morir... Ahora ya no tengo calcetines para la ocasión... Tendré que ponerme los zapatos viejos para la boda de Clara y mía... No quiero mas café por las mañanas que luego armario. Luz.



Desde el principio. Limpia el sitio, limpia tus herramientas. Asegúrate de que el entorno es seguro.

Evalúa las distracciones y descártalas. Observa que el paciente esté preparado. Ponte las protecciones. Toma el bisturí.

Si quieres hacer un buen trabajo, hay que hacerlo meticuloso. Sin prisa, tomándote tu tiempo y preparando bien las cosas. Con mimo.

Todas las veces previas las he preparado igual, al levantarse por la mañana un buen paseo, para que el cuerpo se active. Después una carrera por algún parque lejano, hay que darle tiempo a la cabeza para que viaje donde deba.

Después recabar información. Quién es, qué le pasa, Cuanto tiempo lleva así. Esas cosas hacen que te centres más cuando estás al trabajo. Así lo hacía en la facultad y, aunque hace muchos años de eso, aún conservo bien mi instinto de entonces.

Bien, desde el principio. Limpia el sitio, limpia tus herramientas. Asegúrate de que el entorno es seguro. Evalúa las distracciones y descártalas. Observa que el paciente esté preparado. Ponte las protecciones. Toma el bisturí.

El problema es que los hospitales de ahora no valoran las técnicas de antaño. Se deslizan entre las nuevas tecnologías y no valoran el saber acumulado por todos los cirujanos anteriores. Por eso yo intento seguirlo tal y como mi Maestro me lo enseño, con calma y repasando bien todos los puntos para que no se olvide nada. Es muy importante que no se olvide nada porque un pequeño error y adiós.

Hay veces, no muchas, pero algunas, en las que me enfado por la arrogancia de los directores de los hospitales. Pero después sé con certeza que ellos no son médicos. En la mayoría de los casos nunca han tenido que operar y... ¡¡¡El bisturí!!! Casi se me olvida ponerlo a desinfectar en la bandeja. No se pueden tener estos fallos. Desde el principio...

Limpia el sitio, limpia tus herramientas. Asegúrate de que el entorno es seguro. Evalúa las distracciones y descártalas. Observa que el paciente esté preparado. Ponte las protecciones. Toma el bisturí.

Es un mantra que tranquiliza incluso cuando ya estoy operando. Porque aunque sea un músculo de los cuádriceps o un ventrículo, la soltura debe ser la misma, no se puede dudar. Lasquita a lasquita, filón a filón. No quiero cortar en un sitio que no debo antes de tiempo. Cada cosa lleva su proceso, su timing, no se puede seccionar una vena si antes no has derivado una arteria, eso es así.

¿Me habré equivocado al ponerle la dosis? El paciente se mueve mucho y ofrece resistencia aunque no debería y parece que es consciente de la situación porque ha empezado a llorar... La morfina que le puse debería bastar para que estuviese dormido al menos unas horas más, pero ahora no puedo dejarlo así y comprobarlo. Mierda...

Desde el principio...



Sabía que en algún momento rentabilizaríamos la compra Golán. Sí sí, ya te doy la comida, espera un poco que quiero ver qué va a hacer ahora.

El barrio es de lo peor que hemos encontrado pero eso es una oportunidad ¿Verdad que si Golán? No importa que Carla se fuera con otro, nosotros hemos rehecho nuestra vida y no nos hace falta para nada. Además, después de lo de esta noche, me van a dar el puto Pulitzer ya lo verás Golán, ya lo verás.

Quizá si muevo el sillón podría verlo mejor. Las malditas ventanas no se abren porque la casa se cae a cachos pero no importa, quizá así sea mejor, hace mucho frio fuera y abrirlas quizá rompiese la escena.

Mira Golán, tenemos la vista perfecta, al ser unos ventanales tan grandes, podemos verlo todo perfectamente. El tipo se ha subido a la segunda planta del edificio y hemos tenido la suerte de que los plásticos que recubrían las vigas aún desnudas se han caído por el viento asique puedo hacer todas las fotos que necesitemos.

¿Cómo? No. No pasa nada, nosotros no podemos intervenir, solo somos espectadores Golán, si intervenimos no podríamos hacer fotos y no ganaríamos el Pulitzer.¿ Cómo se lo íbamos a resfregar si no a Carla?

¡Mira! ¡¡Se ha puesto nervioso por algo!! No encuentra algo... ¡ah no! Estaba buscando algo pero está lejos y no puede ir a por ello. ¿En qué estará pensado? ¿Crees que los monstruos como él piensan Golán?

¡¡Oh dios mío!! ¡¡¡Ya sé quién es el tipo ese!!! Es el nuevo cirujano jefe del Hospital Universitario.

Salió en las noticias como el más joven en alcanzar ese puesto. Al parecer tuvo que despedir a muchos cirujanos como medida prioritaria. No ha hecho muchos amigos no.

Me fascina la tranquilidad con la que un hombre le arrebata la vida a otro. Sus movimientos son delicados, como si supiera que tiene que hacer para alargar un segundo más su existencia. Fíjate en sus movimientos, ¿¿lo ves Golán? ¡¡¡¡ Deja la mesa Golán!!!! ¡Joder!

A ver... despacito, me asomo despacito otra vez... Sigue igual, sus movimientos son rítmicos, como los de un reloj... Parece musitar algo de vez en cuando. ¿Crees que es creyente Golán? Creo que no, no se puede matar a alguien con esa tranquilidad y ser un creyente.

Parece que ha terminado, se quita los guantes y la mascarilla. Al fin y al cabo parecía un cirujano de verdad, al menos en la praxis.

Bueno, tenemos unas 400 fotos, lo tenemos todo registrado. Llamemos a la policía y digamos que han asesinado a alguien.

¿Cómo que no puedo decir eso? ¿Qué quieres decir?

Ostia puta... Claro, la negación de auxilio... ¡¡¡No me jodas!!! Tengo el mejor reportaje gráfico de la historia y ¿¿¿¿no podemos publicarlo????

Vamos a comprarte comida Golán...

Bellaflor

1 comentario :

  1. He de reconocer que, de tus relatos hasta ahora, este es el que menos me ha gustado. No está mal, nada mal, y siempre me han gustado las historias de asesinos, pero el listón del último estaba muy muy alto (probablemente más de lo que correspondía por lo mucho que me gusta el tema de ángeles y demonios). Me gusta mucho la descripción del asesino y su mente claramente con su TOC, realmente está muy conseguido. Los otros dos se desdibujan más, el primero apenas llega a mostrar su personalidad al final y el segundo es un poco contradictorio (¿sólo al final se da cuenta de que no puede publicar eso?).

    Sin embargo, creo que mi principal crítica está en el exceso de reflexión. En el caso de la historia de ángeles y demonios quedaba bien, al fin y al cabo sonaba como si nos los estuviese relatando, pero aquí están pasando cosas, ¡y apenas se mencionan! Son tres monólogos internos para construir a los personajes, pero hacen que una situación de tensión y muerte se convierta en algo frío y distante; es comprensible en el caso del que está anestesiado por eso mismo, pero los otros dos resultan un tanto fríos de más para darle la tensión que el momento merecía.

    ResponderEliminar