martes, 4 de noviembre de 2014

Abres los ojos

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Práctica 1; Escribe sobre lo que conoces. Ámbito académico.

Abres los ojos, nervioso ante la inseguridad y la emoción de cómo será esa nueva etapa de tu vida llamada Universidad, esa de la que tanto has oído hablar como: “una de las mejores de tu vida”. Vuelves a abrir los ojos y estás en la fila intermedia de alguna de esas clases obligatorias generales que tampoco te interesan demasiado; uno de tus amigos desde hace ya un año, está jugando al Bubble a tu lado. Una vez más, tus párpados se levantan y esta vez estás en la cafetería de la facultad quejándote sobre aquel examen tipo test de múltiples respuestas del cual todo restaba. Despiertas sentado en el suelo con un taper recién calentado, rodeado por tus compañeros de clase engullendo sus comidas, sólo 15 minutos más antes de que empiecen las prácticas. Una última vez abres tus ojos, esta vez en un palco esperando a que digan tu nombre, lo dicen, sales y recoges el título junto a otros cinco; te giras, se escuchan gritos y aplausos de tus compañeros. Sonríes, levantas la mano y buscas la cámara de tus familiares.

La universidad ha terminado.

Amaranth

1 comentario :

  1. Primero de todo, lamento la tardanza en que llegue este comentario. Escribí otro cuando leí el relato pero creo que lo debí enviar mal y se perdió. Así que mil perdones por el retraso.

    Como siempre, intento decir algo bueno y algo malo. Lo bueno en este caso es que consigues perfectamente dar la sensación de vértigo de quien ve pasar su vida a toda velocidad, de "ayer estabas entrando y ya has acabado". Una sensación de vértigo que es inevitable no compartir para aquellos que hemos pasado por el proceso y que consigues retratar de un modo muy eficaz y descarnado. Además, precisamente por eso, es facil empatizar con la historia.

    El problema radica en que, para eso, lo que has hecho es más el resumen del relato que el verdadero relato. Todo ocurre a toda velocidad, y el (o la) protagonista realmente está vacío de personalidad, con lo que es fácil empatizar pero porque realmente no hay contenido, se lo damos aquellos que hemos pasado por el proceso, rellenándolo un poco de nosotros mismos. Los momentos elegidos dan la sensación de ser arbitrarios, no realmente los momentos definitorios de una vida en la Universidad: ¿cuales eran sus esperanzas al entrar? ¿Cual la primera chica de la que se enamoró? ¿Salió bien? ¿Y la mejor profesora? ¿Y el peor? ¿Ha cumplido sus expectativas? ¿Le da miedo el futuro o tiene esperanzas y ganas? El relato es demasiado breve para transmitir todo esto, y creo que le habría venido bien al menos un párrafo por año contando algunas cosas más personales. Lo suficientemente acelerado para no perder la sensación de vértigo, lo suficientemente detallado como para construir la historia que aquí acertadamente esbozas.

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