domingo, 2 de noviembre de 2014
California
Práctica 1; Escribe sobre lo que conoces. Ámbito académico.
No era la chica más guapa de la clase, ni la más
popular. De hecho, la recuerdo con muy pocas amigas. Jugaba al voleibol y, por
aquellos años, acababa de descubrir el surf. Era deportista. No como yo. Si la
mirabas a ella y me mirabas a mí te podrías dar cuenta de un simple vistazo que
no teníamos casi nada en común.
El caso, es que estábamos casi siempre juntos.
Un día me dijo que odiaba a Mikel Erentxun. A mí me
encantaba. Pero en un gesto de flexibilidad e interés me dijo que sólo le
gustaba una única canción suya: California, porque en el videoclip salían
surferos.
El caso, es que estábamos casi siempre juntos. El
caso, es que ella me encantaba.
La complicada dentadura de Mikel subido a su tabla de
surf fue la primera imagen que pudimos compartir como "nuestra". De
ahí coincidimos sin reservas en la afinidad hacia Ismael Serrano, hacia el cine
de Tarantino y otros tantos raros que hacíamos parecidos a nosotros.
El caso, es que ella me encantaba. El caso, es que
parecía que yo le molaba a ella.
Nuestra clase estaba voluntariamente dividida en
chicos y chicas: ellos a la derecha, ellas a la izquierda. Salvo el último
banco al final de la última fila a ese lado: allí estábamos nosotros, sentados
el uno junto al otro. Todos pensaban que había algo entre nosotros, incluso
aquella miserable profesora que, en cuanto se percataba que la felicidad
florecía en alguno de nosotros, se apresuraba a pisotearla.
El caso, es que parecía que yo le molaba a ella. Así
que le pedí que fuera mi pareja de baile.
Porque en nuestro instituto, para aprobar Educación
Física teníamos que bailar "Maldito Amor", de Leydy Bonilla. Fuimos a
un ensayo juntos y no dejamos de pisarnos, de equivocarnos a la hora de colocar
las manos ¿esta va en la cintura? ¿En el hombro? Si no hubiéramos estado todos
igual de confusos, habría sido divertido vernos. Al salir de clase ella me dijo
que quería hablar conmigo, a solas.
¾ Diego, - me dijo ella
con voz temblorosa y la cara sonrojada - que... estoy muy a gusto bailando
contigo.
¾ ¿Cómo? - pregunté incrédulo.
¾ Que no estoy muy a gusto
bailando contigo.
El caso, era que yo la había escuchado mal la primera
vez. El caso, es que tuve que buscar otra pareja de baile.
Diego Tomé Merchán
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Me gusta mucho el juego con las repeticiones, como ellas avanzan cada vez más hacia el final que, básicamente, todos esperamos. Al menos, por alguna razón, yo me esperaba el desenlace trágico, supongo que porque todo iba demasiado bien. Pero ese juego está muy bien hecho, como entrelazando las distintas escenas que se suceden.
ResponderEliminarComo crítica, creo que la principal que se me ocurre es el final. Teniendo en cuenta que él claramente está enamorado de ella, el comentario "me tuve que buscar otra pareja de baile" me parece muy frío y distante y revienta mucho del ambiente de la historia. De pronto nos aleja de algo cotidiano dándole un toque impersonal que no pega nada con la narración en primera persona, destinada a meternos "en la piel del protagonista".
Un par de notas de formato, que en este caso me llaman mucho la atención. Creo que sobra la coma de después de "El caso,"; a mayores, los diálogos se abren con un guión largo, el símbolo de 3/4 queda muy raro.
¡Hola! Me alegra mucho que te haya gustado.
EliminarRespecto al final, es cierto que puede resultar frío, mi intención era precisamente reflejar en una sola oración varias cosas: los extremos de los amores de adolescencia, que en un momento todo es amor descarnado y cuando te has dado cuenta ya has pasado página. Por otra, la frustración absoluta del protagonista "me tuve que buscar otra pareja de baile", no le quedó otra, se topó de bruces con la cruda realidad y se dio cuenta que había estado viviendo en una fantasía. Poco cabía que razonar ahí.
Sobre el formato, la coma tras "El caso" soy consciente de que lleva un uso incorrecto. Pero me he permitido usarla con vistas a poder leer la historia en voz alta, un recurso oral. Lo del 3/4 era un guión que, por algún motivo, se ha convertido en una fracción. Misterios del Word, OpenOffice y sus galimatías.
¡Gracias!
Sinceramente me ha resultado un poco vacío. Está correctamente escrito, pero es un poco superfluo, quizás es que yo busco demasiado contenido, algo más de sentimiento. La historia es interesante y estoy totalmente de acuerdo con que la repetición que has usado para explicarla ha quedado genial, muy poético.
ResponderEliminar¡Gracias por tu opinión, señor Anónimo! :)
EliminarEs un relato sobre la construcción de una fantasía, sobre los requisitos mínimos de un amor adolescente. Al final se puede pensar que, en esta edad, para enamorarse, basta con querer hacerlo: ni era la más guapa, ni era popular, ni tenía nada que ver con él, odiaba a Mikel Erentxun, el tenerla confundida en el baile le parecía algo romántico... si el pobre protagonista hubier ahondado más en sus sentimientos se habría dado cuenta que aquello no iba a ninguna parte.
Para gustos colores :) Muchas gracias :)