domingo, 16 de noviembre de 2014
Noche de chicas
Práctica 2; Mal de la hoja en blanco. Palabras aleatorias.
A esa chica junto a los abrigos:
Ya no eres una niña y no vas a quedarte en casa, con tu pijama gris y rosa
leyendo ese libro de piratas. Eres una mujer que quiere enseñarle al mundo
cuanto has cambiado. El problema es que sabes que no suenas convincente. Tus
risas son un mero eco de las de tus compañeras y ni todo el alcohol del mundo
va a lograr que esto cambie, solo conseguirá que la habitación se mueva y
pirañas con demasiada colonia se continuen acercando a darle un mordisco a tu
cintura.
Pero la noche es larga y al final te vas escondiendo en un rincón apartado,
como una monja recatada que ahoga un grito escandalizado cuando las caderas se
frotan al ritmo de una canción sintetizada. No quieres estar ahí pero tampoco
quieres ser la primera en irte, porque eso querrá decir que no eres tan
divertida como las demás. ¿Has salido ya suficientes veces a respirar el frio
aire del exterior? ¿Qué necesitas mas, el silencio tras el ruido del interior o
escapar de ese sitio?
Solo he venido hoy, no se si tu vendrás mañana.
Firmado:
El chico al final de la barra.
Ella se acercó al extraño que le dio la servilleta garabateada.
“Que ojos tan bonitos.”
“Gracias, venían con la cara”
Quizá la noche aun puede acabar bien.
Jarl
Palabras usadas: PIRAÑA, MONJA, ENSEÑAR,CONVINCENTE.
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Uff, has conseguido salir airoso de un reto muy complicado: un relato epistolar, y más con tan pocas palabras. Me ha gustado especialmente el relato/análisis que él hace de ella, analizando con cuidado todo lo que claramente lleva observando un buen rato, probablemente incluso horas. Y el final abierto le encaja especialmente adecuado a una historia donde, realmente, no hay historia, sólo se pone el escenario para lo que sería el comienzo de la historia que se desarrollaría a partir de ahí.
ResponderEliminarComo crítica, creo que el final abierto más que abierto es incompleto. Pasa de la primera carta a la segunda (infinitamente más breve) a la respuesta graciosa de él, y listo. El tránsito del denso mensaje epistolar al breve desarrollo de todo lo que viene después es, quizás, demasiado abrupto y seco y, al menos a mi, me ha dejado un poco en el aire. Un poco más de desarrollo de la escena, o una respuesta algo más trabajada por parte de ella, habrían servido para darle el contrapunto que el primer mensaje creo que necesita.