martes, 11 de noviembre de 2014

La monja piraña

2 comentarios :
 Práctica 2; Mal de la hoja en blanco. Palabras aleatorias.

“La monja piraña se afana en enseñar, convincente, el recuerdo del disparo de un melocotón a un ordenador.”

Incapaz de llegar a entender su significado, sor Rafaela se aleja del cuadro bajo el que está enmarcada esta extraña frase, e intenta recordar por qué ha acudido a ese lugar. La madre superiora hace rato que le ha encomendado alguna tarea de la que no consigue acordarse, íntimamente relacionada con ese cuadro. Con un último vistazo al mismo, sor Rafaela acaba sumergida en sus pensamientos.

¿A qué se refiere con “monja piraña”? Sor Rafaela sabe, como todas las demás internas, que hace tiempo se libró una épica batalla entre monjas y demonios, en la que una figura sobresalió: una mujer capaz de devolver el orden al mundo de los vivos y desterrar a las criaturas del inframundo para siempre. Muchas dicen que era una madre superiora, o la superior de todas las madres superioras. Pero “superiora” se le quedaba corto, así que decidieron llamarla “Súper monja”.

Súper monja, enarbolando el martillo divino, una enorme maza con forma de melocotón, entabló una feroz batalla contra el líder de los demonios: Pirañaman. Éste, una criatura con cabeza de pez asesino y un hercúleo cuerpo forjado en el gimnasio, intentaba hacerse con el control de la población a través de un programa de ordenador. Fueron meses sangrientos en los que ni una ni otro daban cuartel. Súper monja aprendía de cada batalla contra Pirañaman, pero él también lo hacía, volviéndose así cada vez más fuertes ambos bandos.

En la última batalla, Súper monja lideró un ejército de entregadas al Señor contra la interminable horda de pirañas mecánicas que Pirañaman había diseñado especialmente para hacerles frente. Fue la más cruenta de las batallas, y en la que más guerreras de la Fe cayeron. Situados en una montaña de cadáveres, Súper monja y Pirañaman, únicos supervivientes de la masacre, se miraron con violencia. Pirañaman sacó su espada, dispuesto a enseñar a la monja cómo luchaban los demonios. Pero Súper monja estaba preparada, y asió con fuerza su martillo divino, lanzándolo con todas sus fuerzas hacia el infinito. El certero disparo del melocotón de metal de Súper Monja tardó unos minutos en llegar a su destino: el ordenador central de Pirañaman, desde donde controlaba a su ejército mecánico. Con un estruendo, la maquinaria explotó en mil pedazos, acabando con la dominación mundial de Pirañaman.

La criatura de potentes y tersos músculos bronceados, visto su sueño destrozado a manos de su gran enemiga, miró a Súper monja con odio y se acercó a ella. Los ojos de la mujer se reflejaban en los del demonio cuando llegaron a la misma altura. Odio, violencia, pasión, deseo, morbo. Los labios de una se juntaron con la boca dentada del otro y ambos empezaron a desnudarse en un torbellino sexual, que se desarrolló durante horas y horas sobre los cadáveres de las monjas. Tras el clímax sexual, y mientras se fumaba un puro, vencedora, Súper monja, cual mantis religiosa, rebanó la cabeza de Pirañaman y se la comió.

Nunca más se supo de Súper monja salvo el recuerdo de su increíble hazaña para salvar a la humanidad.

De pronto, sor Rafaela deja de rememorar viejas historias. Ha escuchado algo a sus espaldas. Al volverse se encuentra con una figura extraña y familiar al mismo tiempo:

— La  profecía se ha cumplido— sentencia con voz de ultratumba.
Sor Rafaela preguntaría qué profecía se ha cumplido, y quién carajo es esa figura, pero no puede, porque tiene cara de piraña. En realidad nunca ha podido hablar precisamente por eso: las pirañas no hablan. Aun así, la figura sigue su discurso.

— He esperado mucho tiempo hasta que decidieras bajar aquí y reflexionar sobre la historia que siempre te han contado.

Nerviosa, sor Rafaela se pasa las manos por la toca, sobre su cabeza escamada, mientras sus mandíbulas afiladas se mueven de arriba abajo.

— Y tus sospechas son ciertas, Rafaela. No eres una monja normal. ¡Eres la hija de Súper monja y Pirañaman!

Incapaz de contener su emoción, sor Rafaela empieza a dar vueltas por la habitación meneando la cabeza de un lado a otro, con los brazos rectos junto a su cuerpo. Finalmente cae sobre el suelo y empieza un movimiento oscilante con todo el cuerpo, como si quisiera nadar entre la tierra, alejarse de aquella sala. Las palabras de la figura rasgan el aire y terminan este relato:

— ¡Eres mitad monja mitad piraña! ¡Eres la monja piraña!

Montag

Palabras usadas: PIRAÑA, MELOCOTÓN, DISPARO, MONJA, ENSEÑAR, RECUERDO, ORDENADOR, CONVINCENTE.

2 comentarios :

  1. Wow, ¡creo que es la mayor locura que he leído en un buen rato! Lo absurdo se mezcla aquí con las palabras escogidas para crear un cuadro donde compiten la biología, la fé y la ciencia, ángeles, demonios, robots... ¡melocotones! Es el choque entre lo absurdo, una portada de un disco de heavy metal y un anime como Excel Saga hipervitaminado. Creo que ha conseguido sorprenderme, sin lugar a dudas.

    Como crítica, creo que has hecho algo de trampa con el ejercicio. Es cierto que en ningún momento se dice que las palabras escogidas deban jugar un papel importante, pero creo que en buena medida la mayor parte aquí son sólo mencionadas de pasada, mientras se desarrolla el demente conflicto entre demonios y monjas. Además, el giro final está bien hecho, bien preparado por el comienzo, pero en cierta medida es un poco raro... osea, ella tiene cabeza de piraña y es monja, ¿nadie lo había visto antes?

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    1. Ah, está claro que está en tu estilo el juego con lo onírico y lo demente, aunque creo que lo lograste mejor en el primer relato (toc, toc) donde los hechos encadenados son más lógicos y coherentes, de modo que se juega de modo más cuidadoso con la expectativa del lector. Como aquí todo es absurdo desde el principio (especialmente la escena de sexo), realmente el lector no se llega a meter en la historia al romperse la barrera de verosimilitud, de modo que el giro final no impacta tanto. Al fin y al cabo, es un mundo absurdo, donde todo puede pasar.

      También es cierto que esta crítica se la haría a muchos de los escritores de lo absurdo que ha habido, como Kafka. La Suspensión de Credibilidad se va en "La Metamorfosis" directamente por la ventana en las primeras páginas, lo que viene después es absurdo sin más. Así que realmente no es una crítica al relato sino al género, así que no la tomes demasiado en serio. ;)

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